viernes, 28 de septiembre de 2007

La Discriminación y Agresión Cultural Contra el Hombre.

Por Gustavo Revilla.
El propósito de esta reflexión es realizar una aproximación a unproblema ampliamente reconocible en nuestras sociedades occidentales: el desprecio y la minusvaloración de la figura masculina en diferentes ámbitos de la vida cultural, presente sobre todo en los medios de comunicación de masas, muchas veces acompañado de una evidente comparación positiva hacía la mujer, resultando en un claro mensaje que equipara a la mujer y lo femenino con lo positivo, valioso y superior, y al hombre y lo masculino con lo negativo, despreciable e inferior. En la medida en que se trata de un fenómeno ampliamente difundido y de una duración ya considerable, bien puede decirse que actualmente existe por lo menos una generación en Occidente que ha crecido bajo su influencia educativa, con la clara agresión que esto supone en los varones contra un aspecto clave de la personalidad como es su autoestima, y el efecto contrario, potenciador, o incluso en algunos casos favorecedor de prepotencia, desprecio y sentimientos de superioridad por criterios de diferenciación sexual, en las mujeres. Además se trata de un tema que invita a un análisis en profundidad, ya que incluye múltiples y complejas ramificaciones. Efectivamente, cabría también preguntarse por el significado de las distorsiones informativas, los mensajes de veracidad más que discutible manipulados por la propaganda y presentados a modo de verdades absolutas, los informes tendenciosos, inspirados en la omnipresente transversalidad de una Ideología de Género demasiado femicéntrica como para ser igualitaria… ¿Es esto también discriminación cultural contra el hombre? ¿O sólo debe reconocerse como tal el insulto o la minusvaloración de su figura? Como bien se ve el tema puede extenderse y favorecer nuevos debates que ayuden a definir mejor su contorno y de ahí valorar a un nivel más amplio cuales sus implicaciones, características y consecuencias. Al margen de su amplitud o de los sutiles pero considerables efectos que puede propiciar este tópico sexista, cabe reconocer su enraizamiento y unión con los aspectos más misándricos del Feminismo Radical, el cual considerando desde sus orígenes al hombre como enemigo al que vencer y opresor al que castigar, ha ejercido secuazmente una campaña de menoscabo de la dimensión masculina, extendida por su influencia a otros ámbitos del mundo cultural, hasta convertirse actualmente en un constructo social de vida casi propia, del que hacen uso múltiples agentes de la difusión de ideas (como por ejemplo la publicidad, el cine, la literatura, el teatro, la televisión…) en posicionamientos que oscilan entre el odio radical ó el desprecio y la burla irónica, pero siempre con un claro propósito destructivo hacia la imagen del varón, sin que a pesar de esto se haga difícil rastrear su origen, hasta llegar a diferentes corrientes y representantes del feminismo de diferentes áreas, en algunos casos, claros exponentes de las múltiples apariencias que puede adoptar esta extendida discriminación sexista. Así, siendo el feminismo un actual caballo ganador, el fenómeno no sólo se asienta, sino que parece negarse su sola presencia, la mayor parte de las veces ni siquiera tras plantear y resolver el debate sobre su existencia, sino mediante la negación más absoluta de todas, el no comentario, la invisibilidad, la cual es, en este como en otros muchos casos de discriminación de género masculina, un remedio más que eficaz, por permitir de una parte la continuación de esta discriminación y, a la vez, no enfrentar el más que discutible dogma feminista de que el hombre es el privilegiado y la mujer la oprimida. Y esto como posicionamiento de un Feminismo Moderado, en el más agresivo, estás actuaciones pueden muy bien reconocerse, pero para ser inmediatamente aceptadas como válidas y útiles al desarrollo de una nueva sociedad feminista y la mentalidad que en este contexto les corresponde tener a hombres y mujeres sobre si mismos. Esencialmente: la mujer bien y el hombre mal (Robin Morgan,famosa pensadora y escritora feminista, durante años editora jefe del Miss Magazine, importante revista de divulgación feminista en EEUU y autora de la radical cita misándrica: "mata a tu padre y no a tu madre" afirmaba: "I feel that "man-hating" is an honorable andviable political act, that the opressed have a right to class-hatredagainst the class that is oppresing them. Traducido al castellano: "Opino que "el odio contra los hombres" es una acción política honorable y viable, que los oprimidos tienen derecho al odio clasista contra la clase que les está oprimiendo"). En la lucha contra los hombres llevada a cabo por este Feminismo Radical no se pierden de vista la importancia ni los efectos de la guerra psicológica. A pesar de todo, la actual Ley de Igualdad aprobada en nuestro paísel 15 de marzo del 2007, en su art. 41, de título: "Igualdad y publicidad" expone: "La publicidad que comporte una conducta discriminatoria de acuerdo con esta Ley se considerará publicidad ilícita, de conformidad con lo previsto en la legislación general de publicidad y de publicidad y comunicación institucional". No olvidemos que de acuerdo con esta ley sólo se valora y resuelve la discriminación femenina, tal como señala la misma desde prácticamente su comienzo. En su art. 1.1,copiado textualmente se indica que:"Artículo 1. Objeto de la Ley.1. Las mujeres y los hombres son iguales en dignidad humana, e iguales en derechos y deberes. Esta Ley tiene por objeto hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, en particular mediante la eliminación de la discriminación de la mujer, sea cual fuere su circunstancia o condición, en cualesquiera de los ámbitos de la vida y, singularmente, en las esferas política, civil, laboral, económica,social y cultural para, en el desarrollo de los artículos 9.2 y 14 de la Constitución, alcanzar una sociedad más democrática, más justa y más solidaria."Es decir la supuesta "Ley de Igualdad" evidencia desde prácticamente su comienzo su unilateralidad sexista, tendenciosidad que afecta también al enfoque de este tópico. Curiosamente y aunque es fácilmente reconocible que el panorama social potencia y desarrolla múltiples desprecios y comparaciones negativas contra la masculinidad, estos casos no se señalan de un modo destacado por esta ley, ni se pretende hacer hincapié en su existencia o solución, citándolos como lo que son, publicidad ilícita por utilizar la imagen del hombre de un modo discriminatorio. Ante estas arbitrariedades de la Ley de Igualdad, presentes incluso en el texto original desde su primer artículo, quedan dudas más que razonables sobre si el Estado censurará con igual celo las discriminaciones publicitarias de ambos tipos. De hecho y aunque sea reprobable cualquier mensaje contrario a la mujer por su sexo, (tan reprobable, siendo justos, como la agresióna la imagen masculina) la imagen de la mujer nunca ha estado tan potenciada como en la actualidad, por efecto de un constante ensalzamiento de la figura femenina, comparándola y valorándola muy frecuentemente desde la posición de sus representantes más aventajadas, con múltiples mensajes culturales apoyando esta imagen positiva, pudiendo llegar ocasionalmente a añadirle misteriosas virtudes especiales, de una sofisticada y atávica dimensión espiritual y mitopoética, casi mágicas, fundamentadas en su sexo y en su bagaje genérico. Y lo que es más significativo, con las interpretaciones, mensajes y análisis oficiales procedentes de las fuentes más prestigiosas claramente a su favor. Es verdad que aun quedan presentes en la sociedad mensajes de un nivel muy bajo en contra de ella, pero estos también existen en contra de los hombres, y la capacidad de proliferación o influencia en la opinión personal que tienen es muy escasa, ya que son rápidamente censurados por "machistas" ó "misóginos", limitándose muy estrechamente sudifusión. Por el contrario para los hombres no son escasos los mensajes científicos procedentes de diferentes áreas del conocimiento, transmitidos por los medios de comunicación con un sesgo desmerecedor, ó los desprecios directos a través de fuentes de elevada relevancia social y gran poder de difusión como los periódicos, televisiones, etc.… (Ej.: Angels Barceló y su afirmación televisada de que el 80% de los hombres somos Hommer Simpson y las mujeres Superwoman al borde de un ataque de nervios, comentario transmitido en tono jocoso por la presentadora, pretendiendo ser una broma para anular la posibilidad de réplica. Pero tendría que verse que pasaría si un hombre, aun en tono jocoso, transmitiese portelevisión una comparación sexista tan despreciativa hacia la mujer, y encima pretendiese encubrirlo a modo de chiste. Cierto que Angels Barcelo transmitió la opinión de una teleespectadora, prueba de que la minus valoración del hombre se ha extendido en la sociedad hasta el nivel más cotidiano, y asume formas de Prepotencia Hembrista y desprecio de lo masculino en algunas mujeres, y una débil excusa, ya que siendo el comentario ofensivo y claramente sexista, podía haber optado por no divulgarlo) que evidencian su complicidad con la discriminación cultural del hombre al mismo tiempo que la fortalecen. Hay quien da un paso adelante en el tratamiento de la cuestión y admite el problema, pero al mismo tiempo reprocha a los hombres por su insolidaridad con los desprecios culturales recibidos por las mujeres. Lo cierto es que estos desprecios están contrarrestados y atenuados desde hace ya mucho tiempo y se les ha reconocido y criticado con una gran rotundidad desde las fuentes de opinión más relevantes. Además son muchos los hombres que apoyan leyes como la ya mencionada que arremeterá con especial interés contra dichos tópicos misóginos. El resto de hombres, sin poder político directo ó indiferentes con la cuestión, contribuyen con sus impuestos al mantenimiento de las instituciones y el desarrollo de las políticas que, desde hace ya tiempo y de ahora en adelante con mayor ahínco, se encargan de resolver este problema, en su vertiente femenina.No puede negarse, y es quizás inevitable, que sigue habiendo ciertos hombres que manejan tópicos que insultan claramente a la mujer, pero también existen ciertas mujeres que hacen lo mismo con los hombres. Puede ser que en ambos casos esto sea resultado del extendido y absurdo hábito de criticar lo que es distinto, sin embargo la situación se agrava al sufrirla los hombres, ya que estos mensajes tienen mayor poder de transmisión y diseminación, al tratarse de una actitud que no recibe tanta repulsa social. En este sentido, es una clara desventaja masculina que la capacidad de transmisión de ideas misándricas no se vete tanto como la de las misóginas, y el desprecio de estas mujeres desmerecedoras o agresoras con la imagen masculina pueda incluso llegar a divulgarse en los medios oficiales, con facilidad y sin apenas críticas (Ej. María Teresa Campos: "El hombre envejece pero no madura" "El primer deseo al hacer el amor de un hombre no es tener un hijo sino satisfacer su animalidad", TeresaViejo: Autora del libro, "Hombres: manual de uso", referido a la sexualidad masculina, Angels Barceló, ó la participante cuyo mensaje comentado anteriormente transmitió con tanta solicitud etc.…) Añadido a todo esto y extendiéndonos en un punto que ya se mencionó más arriba, hay que señalar que el auge del feminismo, unido a su incapacidad estructural para reconocer la discriminación masculina, y en algunos casos también su evidente odio y rechazo hacia los hombres, hacen muy poco probable una atención hacia esta cuestión desde medios oficiales, fuertemente influidos por esta ideología en lo referido a temas de género, y desde luego mucho menos probables aun las tentativas institucionales serias de solución del problema. Tiene también influencia en esta situación el llamado proceso de Empoderamiento Femenino elemento educativo y socializador en el que el feminismo pone un gran interés, y que incluye fortalecimiento de la autoestima y la tendencia a ocupar posiciones de poder en las mujeres. Este proceso incluye aspectos psicosociales, interesados en fortalecer el autoconcepto de las mujeres y la percepción que estas tienen sobre si mismas, desarrollando una imagen propia favorable y segura, basada en la autoaceptación, la confianza, la actitud para el liderazgo, y bien puede decirse que es un elemento vivo einfluyente en nuestra sociedad desde hace ya tiempo. Pero no lo olvidemos, ejercido sólo a favor de las mujeres. De esta manera puede fácilmente evolucionar, como muchos ejemplos actuales avalan, a su consecuencia cada vez más extendida: La Prepotencia Hembrista,con el desprecio de la figura masculina que esta medida claramente sexista de exclusiva promoción de uno de los dos sexos con lleva. ¿Puede considerarse igualitario potenciar a las mujeres y su imagen mientras se menoscaba e infravalora la de los hombres? Desde luego, no es ni de lejos la manera más adecuada de construir una sociedad respetuosa con todas y todos. Queda así la alternativa que muchos vemos cada vez más clara. La acción conjunta y solidaria con otras personas sensibilizadas ante el problema, intentando corregir las anteriores tendencias y análisis equivocados, para dar un paso más hacía una igualdad real y no eufemística. Indudablemente aquí existe un interés Masculinista, pero deriva necesariamente de la situación expuesta, (como también han sido necesarias múltiples medidas basadas en intereses feministas. Los hombres también tenemos derecho a hacer nuestra liberación, en este y otros ámbitos) y en ningún momento se pretende abogar por una acción vindicativa de sentido opuesto a la criticada, en primer lugar porque no hay nada de negativo en una persona por su naturaleza sexual, y en segundo término porque los errores deben criticarse y corregirse y no copiarse o convertirse en modelos. Si bien no es esta la única ni la más importante de las discriminaciones sufridas por los hombres, si es de las que más rápidamente pueden identificarse por cualquiera que quiera llamar a las cosas por su nombre, y también de las que más fácilmente pueden dar lugar al desarrollo de distorsiones, parcialidades o mentiras que apoyen a todas las demás, ya que afecta a las transmisiones culturales con todas las enseñanzas acertadas o fallidas que derivan de ellas. Tampoco puede restarse importancia al impacto personal nacido de una agresión constante a la autoestima, con una capacidad de influencia aun más penetrante en este caso, al ser difundida desde los medios más prestigiosos. Sobre todo en los más jóvenes, involucrados en el proceso de construir su autoimagen, o quienes se encuentren por propio carácter o circunstancias personales en una posición más vulnerable. Un mensaje destructivo, dañino, siempre es eso, en esencia negatividad y sus efectos seorientan claramente a causar perjuicio. Por eso desde "Masculino es Positivo" deseamos dar algunos pasos adelante para enfrentar este problema, quizás sólo unos pocos de los muchos que harán falta hasta resolverlo, comenzando por la llamada de atención sobre su existencia, animando a cualquier persona interesada en su solución a participar en un proyecto viable para corregirlo, y ofreciendo y desarrollando tentativas válidas para alcanzar este fin. Y es que cuando un problema es reconocido y esto se hace honestamente, no es suficiente el analizarlo y exponerlo, sino que se hace también necesario el plantear y aplicar, hasta donde sea posible, las soluciones que conduzcan a superarlo definitivamente.

Gustavo Revilla.

2 comentarios:

  1. Poned en el "google" la frase "el privilegio de ser mujer", y os aparecerán cientos de páginas diciendo cosas como: "Ser mujer es un privilegio que dios nos ha dado, porque las mujeres tenemos la capcidad de dar amor, somos más intuitivas, más ineligentes, etc."

    ¿Por qué nadie, ni siquiera los hombres nos revelamos contra semejantes ultrajes? Eso es una forma "nazi" de ver la vida, por parte de unas "individuas", que no desean la igualdad, sino la supremacía. Estoy hasta los testículos de tanto insulto a mi género. Claro, los que decimos esto, somos "unos cavernícolas machistas".

    Petrus

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  2. Hola a todos:
    Pues los más triste de todo, es que la mayoría de los hombres, no reaccionemos ante ello. Por ejemplo, ¿qué os parece el caso de la mujer de Tafalla? Al final, la víctima es siempre la mujer, y el hombre el verdugo...¡aunque esté muerto!

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