Revista “Mujer Hoy”
19-25 Diciembre.
Entre nosotras
Por Carme Chaparro
Los mitos del amor romántico.
“MI PAPÁ TAMBIÉN era un hombre malo”, me susurra al oído desde la fila de atrás una niña de apenas cinco años, que nos deja a todos helados con su declaración. Su madre la ha llevado a unas jornadas contra la violencia de género, quizá para que no repita los errores que ella misma cometió, para que no tenga que huir de un maltrador. Es valiente su gesto y el todas las mujeres que como ella llevaron a sus hijas e hijos a las jornadas “Nos duele”, organizadas por el ayuntamiento tinerfeño de San Miguel de Abona. Es valiente y la llave para el futuro. Educar en igualdad es la única solución para prevenir la violencia contra las mujeres.
“MI CHICO ME quiere mucho”, me decía hace poco la hija adolescente de una amiga. “Qué suerte. ¿Y cómo lo sabes?”, pregunté. “Porque sé que le importo. Porque se pone celoso si me ve con otros chicos. Porque me llama a todas horas para ver si estoy bien”, respondió convencida. Ahí estamos: no lo llamemos amor cuando queremos decir poder y control. Ellas son las nuevas princesas secuestradas, el mito del amor romántico que alimenta la violencia de género.
¿QUÉ HARÍAS por amor? Éso es lo que les preguntaron a jóvenes de instituto un grupo de investigadoras de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ellas no dudaron: “Lo haríamos todo”. ¿Cambiarías de trabajo? “Sí, trabajos hay muchos”. ¿Y de ciudad? “Claro, lo importante es estar con la persona que quieres”. Preguntados por lo mismo, ellos pusieron más pegas. “Bueno, vamos a hablarlo con calma”, contestaron. ¿El trabajo?, “Si ella me lo pide es que no me quiere”. ¿La ciudad? “Me tiene que querer por lo que soy”.
LAS CONCLUSIONES del estudio dirigido por Aurora Leat indica que, ya desde la adolescencia, tanto los chicos como las chicas conciben el amor de una manera completamente diferente. Ellas estás más ligadas al romanticismo, su ideal de relación deseada implica cosas en común y respeto. Una chica dibuja el vínculo perfecto como aquel en el que, limpiando la casa, rompe el escudo del equipo de fútbol favorito de su chico y él no la regaña. Ellos tienden más hacia el sexo -”nos sentamos en una butaca doble y no acabamos de ver la película”, imagina uno de los entrevistados- y a una relación confortable y sin problemas.
P.D.: las visiones del amor ligadas a los estereotipos de género pueden llegar a convertir a la persona que ama, la persona que da, en alguien anulado. Algo seguimos haciendo mal, cuando dos de cada 10 chicos menores de 30 creen que el hombre agresivo resulta más atractivo para las mujeres.
Los mitos del amor romático. Este es el tema central de este artículo dividido en tres secciones distintas. En el primer trozo de texto se comienza con la frase de una niña; una niña pequeña de apenas cinco años, pronunciando una terrible frase: “mi papá también era un hombre malo”. Como introducción al tema no está nada mal. Se comienza con una frase tierna pronunciada por una tierna niña; de esta forma es más fácil abrir las tragaderas sensibles a la comprensión para lo que a continuación nos espeta sin más, sin corte alguno. “Educar en la en igualdad es la única solución para prevenir la violencia contra las mujeres”.
Pero, ¿educar en igualdad no se acercaría más a la idea de que todos somos iguales, y con esta idea mostrar la información real sobre la situación actual sobre los malos tratos? Educar en igualdad es considerarnos y mostrarnos tal como somos todos: hombres y mujeres, e ilustrarlo con las estadísticas y los hechos. A esta niña y a los niños que asistieron a ese encuentro debían haberle dicho que no todos los hombres son malos como el papá de esta niña; que no todos los hombres son maltratadores, que no todas las mujeres son víctimas de malos tratos por parte de los hombres, que hay hombre también son maltratados por mujeres. Que en el año 2005 murieron 71 mujeres a manos de sus parejas masculinas; pero que también, ese mismo año murieron 56 hombres a manos de sus parejas femeninas. Por ejemplo. Habría que hablarle de la realidad que dice que 3.700 hombres se suicidan al año por cuestiones de falsas denuncias, retirada de custodia de hijos, y por verse en la calle sin casa, y la mitad de un sueldo... habría que contar la auténtica realidad, no solo la realidad feminista.
“Mi chico me quiere mucho”. “¿Y cómo lo sabes?, pregunté.”
Esta pregunta a una adolescente ¿no encierra un cierto tono de incredulidad; un deseo de hacerle ver que está equivocada, unas ciertas ganas de convencerla de que es sospechoso que un chico esté queriéndola? Ella responde que sí lo sabe porque muestra singnos de celos hacia otros chicos y que la llama a todas horas para ver si está bien... Ya sabéis chicos adolescentes... ni se os ocurra mostrar el mínimo indicio de celos, y mucho menos realizar llamadas o enviar mensajes durante el día a vuestra novia o ligue femenino. Porque eso os hace sospechosos de convertiros en futuros maltratadores. Eso no es románticismo, eso es querer tener el poder y el control; según denuncia Carme Chaparro. No convirtáis a vuestras novias en “princesas cautivas” y vosotros en “monstruosos dragones” que las mantienen presas.
Aquí vamos ha hacer una parada en el análisis del los tres trextos de Carme Chaparro, para pasar unas cuantas páginas más en la misma publicación... Página 86, revista “Mujer Hoy”. Consultorio Psico.
Escribe un chico:
“Tengo 25 años y hace tres conocí a una chica de 16. Vivimos una historia, pero dejó de hablarme cuando le dije que la quería, el día en que murió mi padre. Seguí viéndola y me trataba mal o me ignoraba. Ella tiene problemas piscológicos. Cada vez que he intentado conocer a otras chicas se pone celosa y vuelve a mí, pero por una noche. Sólo viene cuando le interesa. Me da miedo no olvidarla porque nunca he querido a nadie como la quiero a ella. ¿Debo empezar una relación con una amiga suya, aunque la quiero menos que a mi ex? ¿Por qué no puedo olvidarla si me trata mal?” A.E.
Respuesta de Isabel Menéndez: “Tienes claro que esa chica sufre problemas psicológicos que no le permiten comprometerse afectivamente con un chico. Se aleja si la quieres y se acerca si cree que estás con otra, porque compite con ella. Tendrías que investigar por qué quieres a alguien que te trata mal, que no te escucha y que, además, es celosa. Si ella ignora tus sentimientos, al menos no lo hagas tú y valora la relación que estás consiguiento con esta chica. El día que perdiste a tu padre declarastes tu amor a alquien que también te dejó solo. Parece por tu carta que has idealizado lo que no puedes tener y menosprecias lo que sí puedes alcanzar en tu vida.”
(palabras mias) En resumen: que el problema psicológico lo tiene él. Que si ella siente celos que averigue porqué, y que siga arrengando con la situación y con esa relación pues ya tiene conseguido una relación con ella, aunque sea tormentosa para el chico. Aquí los celos no son un síntoma de querer ejercer el poder sobre él, ni el control; se trata de una chica. Eso solo lo hacen los hombres.
Pero es que en otra página de la misma revista, del mismo ejemplar, en la página 36, aparece un artículo titulado: “La Rebelión de las ´cougars´”. Y dice:
“Si ya has cumplido 40, estás soltera, todavía te silban al pasar y te gustan más los hombres jóvenes, bienvenida al club que está de moda”. Firmado por Ixone Díaz.
(...) no hay complejos: las “cougars” han salido del armario. (...) designa a una mujer atractiva que ya ha superado la barrera de los 40 y busca a un hombre, de entre 20 y 30, para amistad y lo que surja. La norma no escrita es que la diferencia de edad entre “cougar” y “cub” -la otra parte contratante- debe ser de, al menos, ocho años. En Estados Unidos ya son una legión. Y están muy bien organizadas: celebran convenciones, organizan cruceros temáticos y hasta han coronado a su primera miss. Internet les ha echado un cable con portales como gocougar.com o thecougarconnection.com, servicios de citas on-line donde surge el flechazo entre ellas y sus jóvenes conquistas.
(...) Y para ellas, con la edad se esfuman los prejucios. Además, casi todas comparten un pasado en común: un matrimonio fracasado y un divorcio amargo. Aunque explicaciones para este fenómeno hay muchas. (...)desde el punto de vista sociológico, tomar el control en el terreno sexual es para muchos la última conquista femenina.
(...) Valerie Gibson. Casada cinco veces y divorciada otras tantas, afirma que su mejor matrimonio fue con un hombre 15 años más joven que ella. (...) ha escrito “Son solteras, atractivas, sofisticadas (...) Ellas tienen el control, sobre todo en el terreno sexual”. Y es que la clave del asunto, la inversión de los roles.
(...)Pero por mucho que se afanen sus detractores, las “cougars” están aquí para quedarse. Las reglas han cambiado y su mantra es: “No me llames. Ya te llamaré yo”
(Yo): “A Dios rogando, y con el mazo dando”. En la misma revista se acusa a un chico de querer ejercer el control de la pareja, o de su chica, porque siente celos por ella, porque la llama por teléfono para ver como se encuentra. En este artículo sin embargo, ni a las “cougars”, ni a las que defienden su causa, no les importa decir que “ellas tienen el control”. Aquí si es positivo porque lo ejerce una mujer sobre un hombre. Al contrario es negativo. Dice también que las reglas han cambiado. No es cierto, las reglas siendo siendo las mismas solo que aplicadas al revés, lo que antes hacian los hombres -de lo que aboninan las feministas-, ahora lo hacen las mujeres -algo que defienden las feministas-. Porque hoy en día si un hombre busca a una chica de 15 o 20 años menor que él, es porque es “un viejo verde”. Solo quiere sexo. Ellas no, o... ¿dicen que sí?, o no... bueno, según les convengan, según ante qué circunstancias tengan que defenderse, reconocerán o no que lo que buscan es sexo con chicos jóvenes y potentes; o es solo romanticismo (¿?). ¿Los hombres maduros no son románticos? ¿o no poseen quizás la potencia sexual de un chico de 20?
Volviendo al texto de Carme Chaparro.
¿Qué harías por amor?. Según asegura Carme, ellas no lo dudan: Todo; cambiarian de ciudad, e incluso de trabajo -”hay muchos”- Aun no sé si se refiere a chicas de España porque eso de que hay mucho trabajo... Sin embargo Carme asegura que los chicos, todos, ponen pegas. ¿Todos?, sí todos. La respuesta no encajan muy bien con las preguntas. En una encuesta, si le preguntas a un chico ¿qué harías por amor?; ¿la respuesta sería?: “bueno, vamos a hablarlo con calma”... dudoso. Y si le preguntas a un chico si cambiaría de trabajo por amor, ¿la respuesta sería? “Si ella me lo pide es que no me quiere”. ¿Seguro que todos los chicos suelen contestar esto?. Dudoso. Y ¿cambiarías de ciudad?. Y todos contestan: “Me tiene que querer por lo que soy”. Aquí es que no tiene siquiera que ver la pregunta con la respuesta. Me da que Carme ha podido añadir su propio granito de arena. Entonces te preguntas si será cierto también que la chica adolescente del párrafo de arriba le dijo a Carme: “me llama a todas horas”... ¿le habrá respondido realmente eso? o simplemente me llama... y lo de la niña de apenas cinco años... será cierto que se le acercó a su oído y le susurró, a ella, a Carme, “mi papá también era un hombre malo”. Ya se me queda todo en la duda.
Y llega la conclusión de Carme: cada sexo siente el amor de manera diferente. Para "ellas", emplea palabras como “ligadas al románticismo”, “...implica cosas en común y respeto”, “vínculo perfecto”, pero eso si, todo ello dejando entender un cierto temor hacia el varón -a quien le puede romper el escudo de su equipo de fútbol favorito y él no la regaña- siempre mostrando al hombre como un ser violento, del que solo se puede esperar violencia, y vinculándolo a un asunto tan superficial y tan relacionado con el varón como el fútbol. Buen pullazo Carme¡¡ Y entonces para "ellos"... pues eso, “ellos tienen más al sexo”, algo tan superficial y carnal, tan instintivo y básico. Y solo busca “lo confortable”, lo cómodo, lo que no le ofrecen problemas -como si ellas renunciaran a eso- Pero la palabra cómodo lleva inplícito mucho más de lo que quiere darnos a entender en la superficie del texto. Intuyo que implica servilismo de ellas hacia ellos. O vete tú a saber; puestos a manipular...
Y remata con una estadística: “dos de cada 10 chicos menores de 30 creen que el hombre agresivo resulta más atractivo para las mujeres.” O esta estadística es otra manipulación de Carme o tiene una información distinta a la que oí hace tan solo dos semanas en unos informativos de la radio. Ésta decía: “cuatro de cada diez mujeres jóvenes consideran más atractivos a los chicos agresivos”. Justo al revés de cómo ella nos cuenta., pero con un porcentaje aún mayor.
¿Se trata de una serie de manipulaciones de datos para poder ofrecer una opinión negativa hacia los hombre y siempre positiva para las mujeres? En vista de lo visto: lo que acostumbra ha hacer el feminismo, -por ejemplo, el Instituto de la Mujer, de manipular datos aumentando los casos de violencia hacia la mujer, y negando la existencia de la violencia sobre los hombres... - todo te queda en duda.
Todo es contradición. Se emplea una vara de medir para el hombre, y para el mismo asunto, otra vara de medir para la mujer. Pero siempre la vara asignada para el hombre “pega con más fuerza”, reprime y castiga sin miramientos.
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1 comentario:
Para los que tenemos una cierta capacidad de raciocinio, lo que expones es más que evidente, seamos hombres, mujeres, rubios o morenos, pero desgraciadamente la masa social es en general muy manipulable...Ejemplos tienes a millares. Ahí tienes a miles de hombres que cuando les dices que también hay violencia contra hombres dicen que no puede ser...y son hombres!!
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