¿Por qué esto es tan importante?
Un partido político de calado significativo apuesta por una nueva sensibilidad ante la situación de hombres y mujeres en España, y se decide a denunciar los fallos del feminismo de género, haciéndose portavoz de quienes han sido censurados y castigados por descubrir y divulgar los múltiples defectos de este movimiento social. Por fin los votantes sedientos de encontrar un programa político honesto con la patente desigualdad en la que hemos vivido durante los últimos años tenemos una opción, en esencia alguien a quien podemos votar a favor de la igualdad auténtica. ¿Qué van a hacer las hembristas ahora? ¿Pedir que se prohíba o ilegalice al partido UPyD? Lo siento, no serán capaces, a este nivel la estratagema del todos contra uno, útil para acosar y limitar a personas concretas, ya no les sirve para nada.
Todavía queda mucho por hacer y lograr, pero los hombres tenemos por fin una opción política que reconoce la violación de nuestros derechos y a partir de ahí puede interesarse por erradicar nuestras discriminaciones, no sólo las nacidas de la misandria presente aún en el feminismo, sino también aquellas que por rol sexual han sido asignadas al sexo masculino. En la medida en que nosotros mismos las estudiemos, conozcamos y tratemos de corregir podremos contar con la empatía y apoyo de un partido político que comprende que la igualdad mujer hombre no puede entenderse como la manipulación del lenguaje en la forma sin más fondo que el femicentrismo puro y duro. Por este motivo, en mi opinión, actualmente UPyD es la mejor opción política para los hombres, ya que es el único partido comprometido en la teoría y en la práctica con la defensa de nuestros derechos. Y si les recompensamos y fortalecemos con nuestros votos, si les animamos a continuar por esta senda, si seguimos explorando y entendiendo mejor lo que nos conviene cambiar y lo reclamamos con la energía y paciencia suficientes, ahora tenemos a alguien con autoridad dispuesto a escucharnos y luchar por ello. Con el tiempo este tipo de acciones generaría un interés similar en los demás partidos, haciéndoles más igualitarios y favoreciendo el que cualquier tipo de ideología política incluyese sus propios posicionamientos en contra de la discriminación masculina.
Se ha abierto una grieta en el Estatus Quo hembrista. Si seguimos adelante la primera de las muchas que vendrán.
Lo que falta por decir y en lo que a nosotros respecta.
Es cierto que incluso con un cierto reconocimiento a las discriminaciones masculinas UPyD se encuentra aún muy lejano a admitir todo el grado de desigualdad que sufrimos los hombres y presenta un discurso basado en las directrices básicas feministas, poco interesado en la plena liberación masculina. Pero representa un importante avance respecto al sistema de hembrismo radical dentro del que nos movíamos hasta la fecha, el cual comienza a resquebrajarse, permitiendo que las demandas masculinistas hagan acto de presencia. Como decíamos más arriba conseguir una mayor implicación en la lucha por los derechos de los hombres es ahora posible, en la medida en que nosotros mismos comprendamos colectiva e individualmente nuestras discriminaciones, las señalemos agrupados ante el conjunto de la sociedad y demandemos a los partidos políticos acciones concretas y eficientes para corregirlas cuando esto sea necesario. En el discurso de UPyD la mujer sigue siendo la gran discriminada, pese a todas las circunstancias en las que los hombres se llevan la peor parte. Conozcamos nuestras discriminaciones, exijamos su solución y dediquemos una importante parte de nuestras vidas a trabajar por ella. Si nosotros nos fortalecemos desde el interior de nuestro grupo será posible definir la realidad tal como es para, a partir de ahí, demandar acciones realmente igualitarias y justas, lejos de los muchos años de confusión y sexismo nacidos de la parcial y preigualitaria ideología feminista.
La vinculación de lo masculino al riesgo, la competencia extrema entre varones, la misandria cultural o agresión continuada al concepto de lo que significa ser varón, fruto de las tendencias más radicales enquistadas en el movimiento feminista, son formas graves de discriminación y perjuicio que la sociedad reserva casi en exclusiva a los varones, y que de ser vividas por mujeres darían lugar a una intensa reacción por parte de todos nuestros partidos políticos por considerarse gravísimos ataques contra el sexo femenino. Pero pueden aceptarlos si dañan a los hombres, hoy en día, el único grupo humano que no está organizado para ejercer su autodefensa. Nada de esto menciona UPyD ni en causa ni en efecto. Nada de la mayoría de muertes violentas y prematuras sufridas por hombres a manos de otros hombres, ni de toda la violencia simbólica presente en nuestras creaciones culturales que vulgarizan y perpetúan la imagen de los hombres matándose entre sí. Ni de los más de mil hombres muertos al año en accidentes laborales, o de los que salvándose de la muerte pueden arrastrar severas secuelas de por vida, o de los muertos invisibles, aquellos que enfermaron gravemente y fallecieron relativamente jóvenes aún como consecuencia de su trabajo, al aplicar métodos o productos peligrosos en épocas en las que la salud de los trabajadores apenas se protegía. Los tres casos anteriores representan formas de precariedad laboral de nefastas consecuencias para el sexo masculino, que no dan lugar a ningún tipo de reivindicación de género por parte de nuestros sindicatos hembristas. Tampoco se ha señalado el número muy superior de suicidios masculinos comparados a los cometidos por mujeres, cantidad que se dispara en los procesos de ruptura de parejas, cuya cifra exacta nadie conoce desde el 2004, fecha en la que entró en vigor la LIVG y en la que dejaron de divulgarse datos fundamentales para calcular con exactitud el número de suicidios de hombres asociados con las separaciones y divorcios.
Son muchas las discriminaciones sexuales masculinas que UPyD soslaya, pero no puede negarse que da un importante paso en la dirección correcta, ya que nos apoya en el desarrollo de nuestro propio masculinismo y a partir de ahí, si conocemos y divulgamos nuestras discriminaciones, cuidadosamente silenciadas ante el hombre medio y el conjunto de la sociedad, podremos solicitar con creciente firmeza su solución, haciendo evolucionar la lucha por la igualdad más allá del limitado molde femicéntrico en que se encuentra estancada hoy en día. Realmente todas las formas de discriminación masculina u odio antivarón pueden solucionarse sólo con que los hombres nos decidamos a encontrar y ejercer las respuestas adecuadas, entre otras apoyar con todo lo posible, incluidos nuestros votos, a quienes estén dispuestos a trabajar por nosotros también. De esta manera conseguiremos un modelo correcto de lucha por la igualdad, que considere dentro de su campo de acción tanto las discriminaciones femeninas como las masculinas, dando forma a la idea de que todas las personas al margen de nuestro sexo merecemos el mismo grado de atención y respeto.
*Según estimaciones realizadas por diferentes grupos de defensa de los derechos de los hombres, asociaciones de padres de familia separados o fuentes críticas con los abusos del feminismo radical sólo un 15% del dinero destinado a ayudar a las mujeres maltratadas llega realmente a éstas. El resto se repartiría a través de todos los elementos intermediarios que intervienen en su gestión, dando lugar a un lucrativo negocio que ha venido a denominarse “industria de género” y del que reciben sus sueldos multitud de profesionales y asociaciones feministas incluidas en su organigrama:
Extracto del artículo “las escandalosas verdades sobre la violencia de género” de Paula Ballesteros:
Ayudas de la UE para violencia de género al Estado Español• Por denuncia formulada 3.200.- euros• Por condena 0.- euros(de 3.200 a 6.100 euros por denuncia para gastos de los servicios en la lucha contra la violencia de género en España)
¿Dónde van los 3.200 euros por denuncia?• Gastos Juzgados VSLM• Gastos nuevos servicios protección mujer en cuerpos de seguridad• Creación nuevos puestos trabajo en PIM, CIM, Institutos de la Mujer, etc.• Creación nuevos puestos trabajo en diputaciones, y CC AA relacionados.• Subvenciones a asociaciones exclusivamente de mujeres.• Fondos para Colegios Abogados y de Psicólogos.• Universidades, Fundaciones, etc. (estudios)• 15% ayudas a mujeres maltratadas (Seg. Social, pisos tutelados, etc.)
Datos globales sobre fondos CGPJ:650.000 denuncias desde la entrada en vigor de la ley en 2004.a 3.200.- euros la denuncia = 2.080.000.000 euros de la UE(347.360.000.000 de las antiguas pesetas).
El texto íntegro en:
http://nievesmoreno.blogia.com/2011/071401-las-escandalosas-verdades-sobre-la-violencia-de-genero-de-paula-ballesteros-sant.php
** Una de las ramas más marginales y extremas nacidas del feminismo es el movimiento ginárquico o de gobierno de lo femenino. Según esta tendencia la mujer es un ser superior al hombre en todos los aspectos y esta superioridad de la mujer debe plasmarse en la plena subordinación del sexo masculino respecto al femenino. Según el modelo de evolución histórica planteado por las ginárquicas el último paso en el desarrollo de su sociedad incluiría la esclavización de los hombres y en las vertientes más radicales de este movimiento su extinción o exterminio. Antes de alcanzar estos fines las ginárquicas plantean una etapa previa de sometimiento legal del hombre a la mujer, mediante la creación de un sistema judicial que pueda ser usado por las mujeres para ejercer dominio sobre los hombres. Curiosamente para muchas de las ginárquicas buena parte de los países occidentales se encuentran ya en esta etapa. Es decir, las feministas más radicales de todas concuerdan con los críticos del feminismo en que los hombres de los países occidentales están discriminados legalmente respecto a las mujeres, en una forma que favorece su sometimiento. Esto desgraciadamente es cierto. Hoy por hoy y con la legislación vigente una misándrica o maltratadora no necesita poner un solo dedo encima a su pareja masculina para dañarlo. Basta denunciarlo por malos tratos o abusos sexuales mediante mentiras o manipulaciones, o arrebatarle sus hijos y patrimonio a partir de un divorcio injusto, para causarle un perjuicio personal del que quizás no se restablezca durante el resto de su vida. Muchos de los hombres llevados al límite en circunstancias similares optan por el suicidio, pero su sacrificio no afecta a la dinámica del feminazismo ya que sus muertes no se divulgan. Su drama, sufrimiento de hombres al fin y al cabo, ciudadanos de segunda en una sociedad hembrista, no tiene ninguna importancia, y cae en el olvido como si fuese algo que nunca sucedió.
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