En este enlace podrás ver las estadísticas que se nos ocultan sobre los hombres muerto por violencia a manos de sus parejas femeninas. Se trata de datos oficiales del Ministerio del Interior, no publicados.
http://blogs.periodistadigital.com/antoniocabrera.php/2013/04/06/p332141
Burocracia
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Hace algún tiempo conocí a una mujer maltratada, me relató su infierno junto a su maltratador y posteriormente el que tuvo que vivir, cuando tras treinta años de calvario consiguió reunir las fuerzas suficientes para denunciarlo.
Según sus palabras todo era una mentira. De todo lo que nos contaban en los medios, ni la mitad de la mitad de la cuarta parte. Las presuntas facilidades para escapar del agresor, para rehacer tu vida, para obtener ayuda, ya sea psicológica, logística o económica... falsas.
Cualquier intento de lograrlo se estrellaba contra esa inmensa y absurda telaraña de impresos, papeles y demás trampas que paralizan lo que supuestamente debería ser ágil, rápido y eficaz.
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No hace mucho ha llegado a mi vida otra mujer en similares condiciones La monstruosidad de la violencia sigue campando a sus anchas. En este caso la inmovilidad de la víctima es tal que he actuado como portavoz en varias ocasiones y desgraciadamente ha sido para comprobar que todo lo que me contaba la anterior era, es, real.
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Supongo que el día que haya que guardar un minuto de silencio antes de enterrarla, todas las autoridades estarán ahí bien trajeadas y con caras de circunstancias. Ese día en todos los medios concienciaran de la necesidad de buscar ayuda, de no permanecer calladas. Se hablará de los miles de recursos que existen para evitar llegar a donde la pobre infeliz ha llegado por no hablar a tiempo...
Pero para entonces el tiempo se habrá acabado para Marta.
Concha Casas
Diario Sur
04.09.2013
Con esta denuncia queda clara cual es la prioridad del Estado. Desde luego no parece que sea la ayuda efectiva de las víctimas reales de maltrato doméstico. Por el contrario sí confirmaría la sospecha más que fundada que ya muchos albergamos: el objetivo de los Estados occidentales es la propaganda intensiva de la idea de que un colectivo social -la mitad de la población identificada con el género masculino- es peligroso y consiguientemente deben crearse los resortes legislativos de carácter represivo más adecuados para mantenerlo a raya. Ese parece ser el objetivo final.
Siguiendo la línea política correcta, los Estados imponen los preceptos marcados por las Organizaciones Internacionales "que velan por nuestro bienestar". Facilitan así al máximo la creación de un conglomerado de organismos y organizaciones denominadas feministas subvencionándolas para que estas se sostengan, prosperen y se expandan con la máxima eficacia; y la mejor manera de que esto sea así es convirtiéndolas en un lucrativo negocio, en una rentable actividad. Que todo gire entorno al dinero, al capital. Es el modelo perfecto de subsistencia en el Sistema Capitalista. Y para subsistir necesitan denuncias, muchas denuncias. Que todos nos convirtamos en una especie de Gestapo popular, y ellos como contrapartida, en un Tribunal inquisitorial. Lo de menos parecen ser las auténticas víctimas de la violencia, que !oh, casualidad! su incidencia, no se corrige a pesar de todos los esfuerzos. Pero no importa, para eso ya están los medios de comunicación, para disfrazar la realidad de ''todas están bien asistidas y la pandemia indolente continúa sin fin.
Hace unos días vi en unos informativos de la tv cómo se atribuía el descenso de las denuncias de mujeres maltratadas a manos de sus parejas masculinas, y que ello se debía sin ninguna duda a la actual crisis económica que todos padecemos. La interlocutora que explicaba tal cuestión concluyó con una recomendación encarecida: "hay que denunciar, por favor, denuncien, por favor, denuncien sin miedo...."
Y yo me pregunto, ¿entonces para qué ha servido y está sirviendo la denominada Ley Integral de Violencia de Género si cuando desciende el número de denuncias se debe a la crisis y no a los efectos de esta ley? ¿está sirviendo entonces para algo?. Cuando nos recuperemos de la crisis, ¿esperan entonces que todo vuelva a la "normalidad", es decir, a que aumenten el número de denuncias?.
Un contrasentido.
Alephgaia.
1 comentario:
¿Se imaginan a los medios de comunicación incitando a la gente a que denuncie los delitos comunes (robo de coches, etc.)? Más bien suele ser al contrario, ya que el Estado trata por todos los medios de ocultar los casos de delincuencia común. ¿Por qué ese interés porque las mujeres denuncien a sus parejas? Pues sencillamente porque saben que una denuncia por "maltrato" es vía libre a la deconstrucción de una familia. ¿Cuál es el paso siguiente? Órden de alejamiento para el marido. ¿Y después? Una vez rota la familia la mujer que no tubiese empleo tenderá a buscar un trabajo asalariado, pues el aporte del esposo desaparece o disminuye. ¿Y luego? Pues a mayor oferta de mano de obra en el mercado laboral los salarios tenderán a la baja. Ese es el verdadero objetivo del cuento del "maltrato": incitar al odio para reventar familias, consiguiendo así una mayor liberalización del mercado laboral.
Sandra
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