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miércoles, 9 de abril de 2008

Paridad de paridades, todo es paridad.

Parte del texto escrito por, Koti Nussa. El texto integro lo podéis leer en este link:

http://kotinussa.wordpress.com/2008/01/24/paridad-de-paridades-todo-es-paridad/

"...

Claro que en esto de la paridad siempre se puede ir más allá. El Instituto Andaluz de la Mujer ha elaborado un manual titulado “Nuevas formas de jugar”, en el que se reelaboran las reglas de los juegos tradicionales, para conseguir la paridad de sexo en los juegos de los escolares. El manual se ha enviado a cientos de centros de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Esto último ya me ha dejado un poco petrificada. Nuestros políticos deben vivir en los mundos de Yupi si piensan que los estudiantes de ESO y Bachillerato juegan a la gallina ciega o a pase misí.

Vamos al meollo de la cuestión. Y para que no se piense que exagero, quien quiera puede descargarse el manual en pdf y comprobar personalmente todo lo que cuento. Eso sí, como no me gustaría que os entraran ganas de vomitar, os puedo ahorrar toda la bazofia políticamente correcta e imbeciloide contando lo fundamental.

En el manual se explica como “transformar” once juegos, desde la gallina ciega a la carrera de sacos o el juego de la silla. Prácticamente en todos ellos se indica que se elimina la posibilidad de que alguien gane. No debe haber ganadores. Por ejemplo, en el juego de la silla no se elimina a nadie. Todos siguen jugando hasta el final.

Todo debe ser a base de parejas de chico y chica. En las carreras de sacos deben ir dos en cada saco, en la comba deben saltar a la vez niño y niña. Increíble pero cierto.

No puede haber líderes. Cuando sea necesaria una actuación individual, deben ir alternándose chico y chica. En el juego de las palabras encadenadas hay que lograr que las palabras elegidas por los participantes sean tales que “hagan visibles a las mujeres”. Y así todo.

Luego, por supuesto, hay que hacer una especie de terapia de grupo con los niños, que tienen que explicar cómo se han sentido, y preguntarles qué versión del juego prefieren. Por supuesto, en caso de que los chicos o las chicas expresen que prefieren jugar como antes, o que les gusta ganar, hay que hacerles comprender que son unos monstruos que no tienen sitio en nuestra perfecta y paritaria sociedad.

Por último, hay unas fichas para evaluar todo: desde reflexionar si el nombre tradicional del juego incita a que participen en él sólo niños o sólo niñas (el siguiente paso será cambiarle el nombre, supongo), hasta analizar si las niñas visten ropas adecuadas para ciertos juegos (proscribiendo a continuación los trajecitos y cambiándoles las sandalias por botas de futbolista, por ejemplo). Hay que identificar quiénes oponen más resistencia a participar en el juego, para doblegarlos convenientemente; disolver los grupos de amigos y de amigas, y forzarlos a mezclarse; “trabajar sobre sus emociones y afectos”…

En fin, el manual es un aterrador libro de instrucciones de cómo imponer una ideología en los niños, a los que se llega a culpabilizar por el hecho de querer competir, ganar en un juego o estar con amigos del mismo sexo.

Mientras tanto, los auténticos problemas de Andalucía no parecen preocupar a nadie. Aunque, pensándolo bien, los auténticos problemas de Andalucía son sus políticos. Y políticas."

koti.nussa.

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