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lunes, 15 de abril de 2013

Sobre el Manifiesto SCUM. (por Gustavo Revilla)

    Realmente el manifiesto SCUM demuestra sin ninguna duda que con ciertas feministas radicales no hay consenso posible, ni por parte de los hombres, ni de las mujeres que busquen la igualdad. De hecho para muchas mujeres fuertemente misándricas este manifiesto es un elemento potenciador de su odio, una reflexión en voz alta de sus propios sentimientos hacía los hombres, aderezados y amplificados en su negatividad, pero expresados por una racista sexual de su mismo calibre, lo cual las anima a mantenerse en la senda del odio antivarón con un triunfalismo engañoso pero muy intenso y agradable para ellas, ya que ha llegado el momento de dañar de una u otra manera -desde el desprecio, la intimidación, hasta la agresión, el asesinato o el exterminio- a los hombres.


    Sin lugar a dudas existen hembristas repugnantes que se crecen frente a esta clase de gestos, incapaces de comprender que el odio fanático y radical no puede producir nada bueno, ni para ninguno de los dos sexos, ni tan siquiera para las mismas hembristas despreciables que aplauden desastres ideológicos como este manifiesto. Muchos de los hombres que han callado y aguantado muestras de odio similares a ésta desde hace muchos años, con una paciencia y autocontrol envidiables, han demostrado ser un millón de veces más inteligentes y superiores como personas a la feminista radical que utilizaba esta clase de propaganda como un elemento de ataque antivarón, pensando que así, divulgando un mensaje de misandria tan destructivo, obtenía una victoria dentro de la guerra de sexos que el feminismo radical mantiene en contra de los hombres.

    Frente a este sexismo tan claro los hombres debemos decidirnos a ejercer nuestra autodefensa, sin permitir que un ideario como éste pueda disculparse, ni a ninguna de las personas que lo han avalado en menor o mayor medida, ya que el único gesto aceptable ante este ejemplo de fanatismo defensor del homicidio es el rechazo sin paliativos. ¿Existen hombres que odian a las mujeres? Sí, por desgracia. ¿Y mujeres que odian a los hombres? Indudablemente también y muchas de ellas dentro del feminismo, influyendo con su odio en las medidas implementadas por este movimiento social impulsado por los diferentes Gobiernos e instituciones internacionales como la ONU. De esta clase de gente no puede esperarse la búsqueda de la igualdad entre los dos sexos, y la sociedad debe sentir tanta repulsa o indignación ante quienes hacen apología del odio extremo contra los hombres como la que merece quien fomente el odio contra las mujeres. Así en la medida en que algunas feministas no critican rotundamente este mensaje se están deslegitimando a sí mismas. Otras más igualitarias sí lo hacen y merecen ser reconocidas por ello. De hecho estas feministas más moderadas son las que están protegiendo actualmente la dignidad de una parte del feminismo.

    Pero por ser los hombres las víctimas preferentes de este odio nos corresponde luchar contra el feminazismo, siempre, en todas sus formas y en cualquier ámbito, cada día con más fuerza, hasta derrotarlo, defendiéndonos como hombres unidos y solidarios de cualquier tipo de maldad que las feministas más radicales intenten utilizar en nuestra contra.

    En esta época nos toca ser principalmente defensores de los hombres, ya que nosotros también tenemos derecho y motivos para formar parte de la lucha por la igualdad. Lo estamos haciendo y cada día vamos a más, encontrando la respuesta a cada abuso cometido contra nuestro sexo, y en el momento oportuno todos los perjuicios sufridos tendrán y recibirán su respuesta adecuada. Al margen de todo el odio antivarón o de feministas radicales como la autodestructiva hasta la muerte prematura Valerie Solanas, en realidad testimonio con su propia existencia de muy pocas capacidades valiosas, es decir, superada en calidad humana con creces por la inmensa mayoría de los hombres que la rodeaban, este comienza a ser nuestro momento, el de la liberación masculina.

    Ahora nos toca liberarnos y potenciarnos a nosotros, y en el futuro las referencias arqueológicas al feminismo radical y a las hembristas muertas que lo crearon sólo servirán para que los hombres comprendan lo mucho que han avanzado y de que manera ellos, su estilo de vida y la sociedad auténticamente igualitaria que han contribuido a desarrollar y de la que forman parte representan una evolución notable respecto a la mentalidad infradesarrollada de las hembristas. Disfrutarán de un modelo de sociedad mejor que el actual por haber eliminado las discriminaciones de ambos sexos, y del que las misándricas quedaran definitivamente excluidas por su misma mentalidad negativa, atrapadas en la ignorancia, la necedad, el deseo de aplastar y herir a los varones, sólo con una pequeña satisfacción hasta sus muertes de fanáticas envenenadas y llenas de frustración y amargura: la idea de que todas juntas podrían desde la ideología y el poder político hacer el mayor daño posible a hombres aislados y sin conciencia de grupo, para que toda su rabia se desahogase lastimando a seres humanos de sexo masculino.

    Pero los hombres nos movemos, aunque no quieran que lo hagamos y traten de impedírnoslo, lavándonos el cerebro, intentando manipular y explotar nuestra sexualidad, ofreciéndonos metas estúpidas y mezquinas que no nos llenen, o desmoralizándonos con el insulto sexista de que no valemos nada, no tenemos futuro o somos inferiores por ser hombres. Cada vez con más tesón y ahínco analizamos las trampas, ataques y ventajas de la parte discriminatoria y hembrista, y preparamos nuestras respuestas y herramientas de lucha, volviéndonos más precisos y hábiles en su uso, mientras nos animamos a dar el siguiente paso. Estamos en ello y cada vez más unidos. Durante los próximos años desarrollaremos la base necesaria y nos pondremos definitivamente en marcha. A partir de entonces comenzará el declive implacable de nuestras discriminaciones de género y del ultrafeminismo, incluidas aquellas personas que lo han apoyado durante décadas.

    Todavía aprovechan que aún no nos hemos unificado adecuadamente para seguir atacándonos, dando sus últimos coletazos mientras se inquietan, sospechando que pese a su agresividad y ventajismo el amplio modelo de opresión social creado contra los hombres comienza a fallar. Se alarman e indignan mientras hablan del neomachismo, para describir y manipular el hecho de que los hombres intentamos liberarnos también. De poco se alarman, ya que esto sólo es el comienzo. Pronto tendrán más motivos para quejarse, con quejas tan inútiles como las presentes.

    Las feministas radicales como Valerie Solanas no nos quieren a los hombres en este mundo, preferirían vernos a todos muertos, incluso exterminarnos, y el manifiesto SCUM expresa todo el fuerte anhelo de su odio, intentando materializar este deseo más allá de la fantasía, y dando salida a su rabia para sembrarla en el mayor número de personas posible. En general la mejor respuesta que podemos dar los hombres a estas mujeres que nos odian tanto es unirnos y apoyarnos cada día con más fuerza, dejando atrás cualquier modo de competencia extrema entre varones y eligiendo la solidaridad masculina, para a continuación contribuir a un fuerte desarrollo y avance de nuestra ideología masculinista tanto en el nivel del desarrollo teórico como en el de la sensibilización individual y la implantación social, trabajando en esta línea constantemente, mientras dejamos que pase el tiempo, que enterrará a todas las feminazis mientras nosotros nos consolidamos.
    Esta es la vía para una importante victoria. Concretamente Valerie Solanas ya está muerta y muchas feministas radicales ansiosas por vernos desaparecer son muy ancianas actualmente. Además, a pesar de la protección oficial que le ha merecido al feminismo su alianza con lo políticamente correcto, su popularidad está en franco descenso dentro de los países occidentales, resultado de la acción negativa e injusta de sus activistas menos razonables, tan cerradas de mente, cortas de miras y atrapadas en su dogmatismo, que ni ven ni comprenden la necesidad de modificar sus puntos de vista y cambiar de estrategia, incluso a pesar de las advertencias bien intencionadas de otras feministas más moderadas e inteligentes que ellas. Comida para hoy y hambre para mañana. Su parcialidad y sexismo es lo que terminará condenándolas al desprecio público y el ostracismo social y político.

    En contraste con sus teorías limitadoras y llenas de repulsión contra los hombres, nosotros nos movemos claramente hacía algo mejor. El feminismo radical ni nos asusta, ni nos estafa, ni nos convence, y contrariamente a lo que sería su mayor deseo sólo va a servir para unificarnos y fortalecernos como grupo sexual, volviéndonos cada día más deseosos de participar en una legítima reivindicación de nuestros derechos y la abolición nuestras discriminaciones de género. Más adelante, cuando la gente realmente no sexista lo crea oportuno, será posible reivindicar desde posiciones más personalistas, por parte de hombres y mujeres bien concienciados de lo que se merecen o no les conviene, pero en los próximos años es deseable que nosotros nos dediquemos también con gran interés a nuestro proceso de liberación.

    Como puede verse a diferencia de Valerie Solanas que reconocía el inmenso aburrimiento de su existencia en esta sociedad, los hombres tenemos cosas maravillosas por hacer. Según ella su aburrimiento también era culpa nuestra, demostrando de paso una gran incapacidad e inercia para ser dueña de si misma y de su destino. Esta sencilla reflexión tiene que animarnos a los hombres a seguir hacía delante mientras nuestras enemigas van quedándose atrás.

Gustavo Revilla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Geanial! Honestamente, te felicito por tu blog. Es un placer leer una voz de denuncia tan inteligente e informada ante las injusticias que a diario padecemos los hombres por la sola razón de nuestro sexo, y que pretenden inculcarnos que no tenemos derecho a denunciar.
Desde ya, mi solidaridad con los hombres españoles, a raíz del indignante atropello que están viviendo desde la promulgación de la anti constitucional Ley de Género.
Te felicito nuevamente, por la claridad de tus argumentos y la prolijidad y fuerza categórica con la que los exponés.
Siendo que aún los hombres apenas somos conscientes de lo que este movimiento nacido del odio, llamado "feminismo radical" está perjudicándonos, permeando transversalmente la cultura y civilización occidental, personas como vos deberían -en mi opinión- quedar en un "cuadro de honor" de cara a la posteridad, por dedicar parte de su tiempo y trabajo a echar luz sobre un fenómeno tan alarmante, que se extiende sin límite alguno, como el avance de esta perversa ideología radical de género.
Con respecto a la esquizoide odia hombres de Solanas... ¿qué se puede decir que no se haya dicho ya, con una sensatez pasmosa? Basta leer ese panfleto patético que escribió para comprender el pobrísimo nivel intelectual que evidencia; y basta asimismo aunar ese malogrado texto a otros datos de su biografía, para caer en la cuenta de que al fin y al cabo, la muchacha resulta ser digna de lástima antes de que desprecio. Porque eso es lo que son, en definitiva, estas feministas radicales: unas pobres mujeres que fueron abusadas sexualmente en su infancia por algún perverso de su entorno familiar; y acaban haciendo de esa experiencia tan traumática su cruzada de vida, al proyectar el odio que sienten por la persona física de su abusador, a todo el género masculino. Lo mismo la gorda mórbida de Andrea Dworkin, o "el leñador" canadiense de Mary Daily... pobres víctimas de la pedofilia y las violaciones, que pasan al cabo de víctimas a vicimarios...
Creo que los hombres debemos cultivar más eso de "la empatía de género"; dejar de competir denodadamente entre nosotros, y tomar consciencia de cómo se nos está discriminando, criminalizando, demonizando, degradando en nuestra humanidad, por razón de nuestro sexo.