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viernes, 10 de noviembre de 2017

Cofidis: como un cordero al matadero.

Nótese cómo ella sube esas escaleras en una actitud de triunfo, orgullo y alegría.
Nótese por el contrario como él sube las escaleras con una expresión de miedo y desconcierto. Nótese el aspecto desaliñado de él -por supuesto perfectamente pensado y diseñado por los guionistas- peludo, medio calvo; casi un personaje cómico o digno de lástima. Ridículo al fin y al cabo.


El cine y la televisión imponen pautas de conducta, y crean tendencias de opinión. 
Ya solo queda que la hagamos nuestra mediante la imitación. 

Allanando un futuro distópico. 


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